Akame le revela a Wave lo que el Imperio hizo con su hermana Kurome, la manera en que la entrenaron para convertirla en asesina, y las drogas que día a día le administran para volverla más poderosa, aunque eso la encamine a una muerte inevitable. Después de saber la verdad, Wave decide abandonar el Imperio y huir con Kurome con el fin de llevarla a rehabilitación, pues está enamorado de ella y hará cualquier cosa por salvarla, incluso pelear contra los ideales que toda su vida defendió.